Manual del Revolucionario y Guerrillero Urbano

Manual del Revolucionario y Guerrillero Urbano

Carlos Marighella [1911-1969]

Definición y tácticas del Revolucionario y Guerrillero Urbano

El Revolucionario y Guerrillero Urbano es un hombre o mujer que lucha con armas en contra de una dictadura o gobierno utilizando métodos militares no convencionales. Es un político, patriota y ardiente luchador por la liberación de un país, amigo del pueblo y de la verdadera libertad. Su área principal de acción es la gran ciudad. El Revolucionario Guerrillero Urbano es un enemigo implacable del gobierno que causa daño sistemático a la policía, al ejército y a otras fuerzas armadas represivas que ejercen el poder. El trabajo principal del Revolucionario Guerrillero Urbano es distraer, cansar, atacar, desmoralizar y destruir al enemigo como también atacar y destruir las riquezas de extranjeros explotadores y de la clase burguesa. Él o ella buscan desmantelar o destruir el actual sistema económico, político y social utilizando como táctica la colaboración directa con el revolucionario rural para la creación de un sistema totalmente nuevo con una estructura social y política en la cual las masas armadas de obreros y campesinos tendrán el real poder. El Revolucionario Guerrillero Urbano se caracteriza por su valentía y naturaleza decisiva. Deberá ser excelente tácticamente y líder hábil. El Revolucionario Guerrillero Urbano debe ser listo y astuto para compensar el no tener suficientes armas, municiones y equipo. Mientras los militares y la policía tienen abundancia de armas, transportes modernos y pueden moverse con libertad utilizando la fuerza de su poder armado, el Revolucionario Guerrillero Urbano no tiene esos recursos a su disposición y además comúnmente vive en la clandestinidad. En muchos casos ha sido sentenciado/a o está en “libertad condicional” lo cual le obliga a usar documentos falsos. Sin embargo, tiene una gran ventaja sobre el ejército convencional y la policía que es: Mientras la policía y los militares actúan a favor del enemigo a quienes el pueblo odia, él o ella defiende y lucha por la justa causa de la liberación del pueblo. Las armas del Revolucionario Guerrillero Urbano podrán ser inferiores a las del enemigo, pero desde un punto de vista moral tiene una ventaja que no se puede negar. La superioridad moral como factor humano sostiene al combatiente para hacer su trabajo principal que es atacar y destruir al enemigo. Él o ella tienen que capturar o desviar armas del enemigo para poder luchar y debido a que sus armas no son uniformes o las que tiene han sido expropiadas o han llegado a sus manos en diferentes formas, el tendrá también el problema de tener una variedad de armas y escasez de municiones y no tiene tampoco donde practicar el tiro.

Estas dificultades tienen que ser superadas lo cual obliga a ser artísticamente creativo, cualidad sin la cual sería imposible hacer su tarea revolucionaria. El Revolucionario Guerrillero Urbano tiene que poseer iniciativa, movilidad, flexibilidad y versatilidad para poder comandar cualquier situación improvista. La iniciativa es una cualidad especialmente indispensable. No siempre es posible anticipar todo y el Revolucionario no puede confundirse o esperar por órdenes. Su deber es actuar y encontrar soluciones adecuadas para cada problema que se presenta y no retirarse.  Es mejor cometer errores actuando que no hacer nada por miedo a cometerlos. Sin la iniciativa no puede haber guerra de guerrilla urbana. Otras cualidades importantes son las siguientes: Caminar bastante, ser resistente a la fatiga, hambre, lluvia o calor; también deberá saber cómo esconderse, vigilar, tener paciencia ilimitada, mantenerse calmado y tranquilo en las peores condiciones o circunstancias; nunca dejar huellas o trazos y no desalentarse ni flaquear. En las duras dificultades que crea la guerra hay compañeros que se debilitan y abandonan el trabajo revolucionario. El Revolucionario Guerrillero Urbano en la gran ciudad no es un hombre de negocios en una firma comercial ni artista en una obra. La participación directa en la guerra de guerrilla urbana al igual que en la guerra de guerrilla rural, es una promesa que la mujer o hombre revolucionario se hace así mismo/a. Cuando ya no puede hacerles frente a las dificultades que la guerra produce y reconoce que le falta paciencia para resistir, será mejor entregar su puesto antes de traicionar a su misma promesa si le faltan las cualidades necesarias para ser un auténtico revolucionario/a urbano o rural. 

Como debe vivir y subsistir el Revolucionario y Guerrillero Urbano

El Revolucionario Guerrillero Urbano deberá saber cómo vivir entre las personas comunes y cuidarse de no aparentar ser extraño o estar desvinculado de la vida ordinaria en la ciudad. No deberá usar ropa diferente a la que otras personas utilizan; ropa de lujo, costosa o elaborada especialmente puede ser un impedimento si su trabajo lo lleva a barrios en donde este tipo de ropa no es común.  El Revolucionario Guerrillero Urbano tiene que vivir de su trabajo o actividad profesional como cualquier ciudadano común; si es conocido o buscado por la policía o si ha sido sentenciado o está bajo “libertad condicional” tendrá que vivir necesariamente en la clandestinidad. En esas condiciones, no deberá revelar sus actividades a nadie pues eso es siempre y únicamente asunto de la organización que pertenece. El Revolucionario Guerrillero Urbano debe tener gran capacidad de observación, intuición, estar bien informado, conocer los movimientos del enemigo, estar en alerta, buscar información y tener conocimiento del área en que vive y opera o a través de la cual se desplaza en sus tareas.

Ante todo, la característica fundamental del Revolucionario Guerrillero Urbano es de ser un hombre o mujer que lucha con armas y en la naturaleza de esa condición, hay muy pocas probabilidades de poder continuar actuando abiertamente mientras se agudiza el conflicto armado. Esta situación le presenta al Revolucionario/a dos opciones:  

1. La expropiación de recursos del gobierno y de grandes capitalistas, latifundistas, e imperialistas, que serán utilizados para su mantenimiento personal y el sostenimiento de la lucha revolucionaria en la clandestinidad.

2. La eliminación física de policías, sus jefes, asistentes o colaboradores del ejército y cualquier otra fuerza armada.  

El conflicto armado del Revolucionario Guerrillero Urbano también tiene otros objetivos, pero aquí se hace referencia a dos que son básicos sobre todo en lo relacionado con las expropiaciones: Es necesario que todo Revolucionario mantenga en mente que solamente podrá sobrevivir si está dispuesto a matar al enemigo y si esta verdaderamente dispuesto a expropiar la riqueza de los grandes capitalistas, latifundistas, e imperialistas. Una de las características fundamentales de la revolución es que desde sus comienzos se deberá centrar en la expropiación de la riqueza de la burguesía, del imperialismo, los latifundistas y otros. La expropiación de la riqueza de los enemigos principales del pueblo deberán ser centros vitales con ataques preferentes y sistemáticos a la red bancaria y empresas con golpes contundentes al sistema capitalista de explotación. Las expropiaciones a bancos son acciones revolucionarias simbólicas y el fruto de estas expropiaciones serán dedicadas al arte de aprender y perfeccionar técnicas de guerrilla urbana, la compra, producción y transportación de armas y municiones a las áreas rurales en lucha, la seguridad de los revolucionarios, el mantenimiento diario de combatientes, los que han sido liberados de prisiones y los que han sido heridos o son perseguidos por la policía, o de cualquier otro tipo de problema, como compañeros que han salido de la cárcel o que fueron asesinados por esbirros de la dictadura burguesa. El número de acciones violentas incluyendo muertes, explosiones, captura de armas y municiones, explosivos, asaltos a bancos y prisiones, serán acciones suficientemente contundentes y significativas para no dejar dudas acerca de las verdaderas intenciones de los revolucionarios. Esta es la razón por la cual el o la revolucionario/a utiliza la lucha armada y por la que continúa concentrando su actividad en la exterminación física de los agentes de la represión y la expropiación de bienes en manos de los explotadores capitalistas. Matar al enemigo deberá ser el principal objetivo del revolucionario/a urbano o rural en todo momento y lugar para coincidir con el enemigo cuya tarea principal es matar combatientes revolucionarios. 

La Preparación técnica del Revolucionario Guerrillero Urbano

Nadie se puede convertir en Revolucionario Guerrillero Urbano o rural sin conocimiento y preparación técnica. La preparación técnica del revolucionario estriba en la preparación física, conocimiento y el aprendizaje de profesiones y destrezas de todo tipo, en particular, las destrezas manuales. El revolucionario urbano o rural podrá tener una resistencia física fuerte solamente si entrena sistemáticamente. No puede ser un buen soldado revolucionario sí no ha estudiado el arte de pelear. Por esta razón, el revolucionario urbano o rural tiene que aprender y practicar varios tipos de pelea, ataque y defensa personal. Otras formas de preparación física son las caminatas, acampar, practicar supervivencia en los bosques, escalar montañas, remar, nadar, bucear, pescar, arponear, correr, entre otras actividades que darán preparación física adecuada. Es muy importante saber o aprender a conducir, pilotear aeronaves, motos, botes, entender mecánica, radio, teléfono, electricidad y tener conocimientos de técnicas electrónicas. Es también importante tener conocimientos de información topográfica, poder localizar posiciones con instrumentos u otros recursos disponibles, calcular distancias, hacer mapas, planos, dibujar a escala, tomar tiempos, trabajar con compases y más. Un conocimiento básico de química para la combinación de colores, la confección de sellos, el dominio del arte de caligrafía, copiar letras en conjunto y otras destrezas, son parte de la preparación técnica del revolucionario/a que frecuentemente se ve obligado/a a falsificar documentos para poder vivir él la sociedad injusta que busca destruir. En el área de medicina auxiliar tiene la función especial de ser “Doctor” o entender medicina, enfermería, farmacología, droga, cirugía elemental y primeros auxilios de emergencia. Sin embargo, aun con toda la importancia de lo mencionado, lo básico en la preparación técnica es el manejo de armas como la ametralladora, el revolver, la pistola automática, fusiles, escopetas, carabinas, morteros, lanzacohetes y otras. El conocimiento de varios tipos de municiones y explosivos es otro aspecto importante que deberá conocer. Entre los explosivos, la dinamita tiene que ser bien estudiado y conocido; el uso de bombas incendiarias, bombas de humo y de otros tipos son conocimientos indispensables en la noble tarea del revolucionario. Para aprender como fabricar armas, preparar bombas molotov, granadas, minas, artefactos caseros, como destruir puentes y rieles de tren, es indispensable la preparación técnica. Este es el nivel más alto de la preparación del revolucionario. Solamente el/la que ha pasado la reexaminación preliminar puede atender a esta escuela. Solamente quien hubiese pasado la prueba de fuego en acción directa en combate en contra del enemigo podrá obtener tal avanzada instrucción.

Las Armas del Revolucionario y Guerrillero Urbano

Las armas del Revolucionario Guerrillero Urbano serán livianas, fácilmente intercambiables, usualmente capturadas del enemigo, compradas, o fabricadas domésticamente. Las armas livianas tienen la ventaja de ser ágiles, de manejo rápido y de fácil transportación.  En general, las armas livianas se caracterizan por ser de cañón corto. Esto incluye muchas armas automáticas como la subametralladora Uzi y otras similares. Las armas automáticas y semiautomáticas aumentan considerablemente el poder de fuego del revolucionario/a. La desventaja de este tipo de armas es la dificultad de controlarlas lo que resulta frecuentemente en el desperdicio de municiones, lo cual pude ser compensado solamente con precisión óptima. Combatientes mal entrenados convierten armas automáticas en drenaje de municiones. La experiencia en combate ha demostrado que el arma básica del Revolucionario Guerrillero Urbano en la ciudad es la subametralladora liviana. Esta arma además de ser eficiente y fácil de disparar en áreas urbanas tiene la ventaja de ser respetada por el enemigo. El Revolucionario Guerrillero Urbano tiene que saber manejar la subametralladora ahora muy popular e indispensable para los/las combatientes del mundo. La subametralladora ideal para el Revolucionario Guerrillero Urbano es la Uzi. Hay también otros tipos de subametralladoras de diferentes calibres que pueden ser utilizadas siempre entendiendo los problemas relacionados con municiones. Es preferible que el potencial industrial de la organización revolucionaria permita la producción de un solo tipo de arma para que la munición utilizada pueda ser estandarizada. Cada grupo de disparo tiene que tener una subametralladora manejada por un buen tirador. Los miembros de otros grupos deberán estar armados con pistolas de 9 milímetros o el revolver de calibre .38 que también es útil por su impacto que normalmente pone al enemigo fuera de acción. Las granadas de mano y las bombas convencionales de humo pueden ser consideradas como armamento liviano con poder defensivo para el encubrimiento y retiro.  Las armas de cañón largo son más difíciles de transportar y atraen mucha atención por su tamaño. Las escopetas pueden ser efectivas si son utilizadas a corta distancia. Son útiles hasta para personas con mala puntería especialmente por la noche cuando la precisión no es de mucha ayuda. Los lanzacohetes pueden ser utilizados en acción, pero las condiciones para su uso tienen que ser preparadas y las personas que las van a utilizar tienen que estar bien entrenadas. El combatiente no deberá realizar acciones con armas pesadas por tener desventajas en el tipo de lucha que demanda armamento liviano que asegure movilidad y velocidad. Las armas caseras son muchas veces tan eficientes como las mejores armas producidas en fábricas y hasta una escopeta recortada y oculta es una buena arma para el Revolucionario Guerrillero Urbano.

La función del revolucionario como armero es de importancia fundamental si cuida de sus armas, sabe cómo repararlas y en muchos casos hasta puede establecer una pequeña fabrica para improvisar la producción de armas pequeñas y eficientes. Experiencia en metalurgia y en mecánica de torno mecánico son destrezas básicas que el revolucionario/a debe de incorporar en su planificación industrial de armas domésticas. La producción también incluirá cursos en explosivos y sabotaje que deberán ser bien organizados. Los materiales primarios para la práctica en estos cursos deben de ser obtenidos anticipadamente para evitar un aprendizaje incompleto para no dejar espacio a la experimentación. Los cócteles molotov e invenciones domesticas como bombas de humo, hondas tiradoras, minas, dinamita, cloruro de potasio, explosivos plásticos, cápsulas de gelatina, morteros para línea de fuego y munición de todo tipo, son indispensables para el éxito la noble misión del revolucionario. El método para obtener materiales necesarios y municiones será el de comprarlos u obtenerlos en expropiaciones planificadas especialmente con ese objetivo. El Revolucionario/a tendrá cuidado de no guardar explosivos y materiales por mucho tiempo ya que pueden causar accidentes y tratara de utilizarlos inmediatamente en objetivos seleccionados. Las armas del revolucionario y su habilidad de mantenerlas constituyen su poder de fuego. Tomando ventaja de armas y municiones modernas e introduciendo innovaciones en su poder de fuego y la utilización de ciertas armas, el/la revolucionario/a puede mejorar muchas tácticas de guerrilla urbana. Un ejemplo de esto fue la innovación creada en Brasil cuando introdujeron el uso de la subametralladora en las expropiaciones a bancos. Cuando el uso masivo de subametralladoras uniformes sea posible, habrá nuevos cambios en las tácticas de guerrilla urbana en diferentes partes del mundo. El grupo de fuego que utiliza armas uniformes y municiones correspondientes con cuidado razonable para su mantenimiento, alcanzara un nivel considerable de eficiencia. El revolucionario aumentara su efectividad a medida que aumenta su potencial de fuego.

El disparo: La razón de ser del Revolucionario Guerrillero Urbano

La razón fundamental para la existencia del revolucionario/a y la condición básica en la que actúa, sobrevive y acciona es disparar al enemigo a matarlo. Por esta razón, el/la Revolucionario/a tiene que saber disparar muy bien porque es imprescindible en este tipo de combate militar en su noble tarea como soldado del pueblo. En la guerra convencional el combate es generalmente a distancia y con armas de cañón largo de gran alcance, pero en la guerra no convencional, la guerrilla urbana incluida, el combate es a corta distancia y con mucha frecuencia muy de cerca.

Para evitar su propia extinción el/la revolucionario/a tiene que disparar primero y sin equivocarse en su disparo. Su vida depende de esta única opción. También, no deberá malgastar municiones porque no posee grandes cantidades y las que tiene deberá utilizarlas con gran precisión y efectividad. Tampoco puede reemplazar municiones rápidamente siendo parte de un grupo pequeño en el cual cada uno tiene que cuidarse por sí mismo. El Revolucionario Guerrillero Urbano no puede perder tiempo y debe disparar de una vez sin fallar. Un hecho fundamental a enfatizar completamente y cuya importancia no puede ser subestimada es que no debe disparar continuamente agotando su munición. Puede ser que el enemigo no este disparando precisamente porque está esperando hasta que las municiones del revolucionario se agoten. En tal situación y sin tener tiempo para reemplazar sus municiones, el revolucionario se enfrentará a una lluvia de fuego del enemigo que puede causarle ser tomado prisionero o la muerte. Esto es muy importante entenderlo bien. A pesar de la importancia y beneficio que facilita el factor sorpresa que muchas veces hace innecesario utilizar armas, no se debe entrar en combate sin saber cómo disparar efectivamente. De cara-a-cara con el enemigo será necesario estar en movimiento constante de una posición a otra porque quedarse en un solo lugar convierte al revolucionario en un blanco fijo o muy vulnerable.  La vida del revolucionario depende de disparar con precisión y efectividad en su habilidad de manejar bien las armas de pequeño calibre como también evitar ser blanco. Cuando hablamos de disparar hablamos de puntería precisa. La puntería deberá ser practicada hasta que se convierta en una acción reflejo. Para aprender a disparar con precisión el revolucionario debe entrenar sistemáticamente utilizando cada método de aprendizaje disparando a blancos hasta perfeccionar el arte de tiro. El disparo y la puntería son el agua y aire del revolucionario. La perfección del arte de disparar lo puede convertir en un tipo de combatiente especial como franco tirador, que es una categoría de combatiente solitario indispensable en acciones aisladas. El franco tirador sabe cómo disparar con precisión a corta o larga distancia y sus armas son apropiadas para cualquier tipo de ambas acciones.

El grupo de fuego

Para funcionar adecuadamente los revolucionarios tienen que estar organizados en pequeños grupos dirigidos o coordinados por una o dos personas. Un grupo de cinco combatientes se llama grupo de fuego. Dos grupos de fuego separados y dirigidos por una o dos personas hacen un grupo de fuego. Dentro del grupo de fuego tiene que haber confianza y camaradería plena entre combatientes. El mejor tirador que mejor sabe usar la subametralladora es la persona encargada de las operaciones.

Cuando hay tareas planificadas por el comando estratégico estas toman preferencia.  No hay un grupo de fuego sin propia iniciativa. Por esta razón es esencial evitar cualquier rigidez en la organización para permitir la mayor cantidad de iniciativa posible por parte del grupo de fuego. El viejo tipo de jerarquía tradicional no existe en nuestra organización. Esto significa que, a excepción de la prioridad sobre objetivos designados por el comando estratégico, cualquier grupo de fuego podrá decidir asaltar un banco, secuestrar o ejecutar un agente de la dictadura, o cualquier sujeto o figura identificada con el enemigo, un agente o espía norteamericano y puede realizar también cualquier tipo de propaganda de nervios en contra del enemigo sin necesidad de consultar con la Comandancia Central. Ningún grupo de fuego debe permanecer inactivo esperando órdenes del Comando Central y su obligación es actuar. Cualquiera que quiera establecer un grupo de fuego puede hacerlo y de esta forma será parte de la organización. Este método de acción elimina la necesidad de conocer quien está haciendo cuales y que acciones porque hay libre iniciativa y el único punto de importancia es aumentar sustancialmente el volumen de la actividad guerrillera para desgastar las fuerzas armadas del enemigo y obligarlo a la defensiva. El grupo de fuego es el instrumento de acción organizada con el cual las operaciones de la guerrilla y tácticas son planificadas y realizadas con éxito. El Comando Central cuenta con su grupo de fuego para realizar objetivos de naturaleza estratégica y poder hacerlo en cualquier lugar del país. El Comando Central ayuda también a los grupos de fuego con dificultades y necesidades. La organización en conjunto es una red indestructible de grupos de fuego y coordinaciones que funcionan con el Comando Central que también participa en acciones directas.  En términos simples la organización existe con el único propósito de hacer la acción revolucionaria.

La logística del Revolucionario

La logística convencional del Revolucionario puede ser expresada con la fórmula abreviada “CCEM” que en la práctica significa: Comida.  Combustible.  Equipo.  Municiones. La lógica convencional se refiere a problemas de mantenimiento para un ejército regular que es transportado en vehículos con bases fijas y líneas de suministros. Las guerrillas urbanas, al contrario, no son un ejército convencional sino un pequeño grupo armado y fragmentado intencionalmente. No tienen vehículos ni bases fijas, sus líneas de suministros son precarias e insuficientes y no tienen bases establecidas excepto en el sentido rudimentario como fábrica de armas en una casa particular. Mientras que el objetivo de la logística convencional es suministrar las necesidades de guerra del ejército para reprimir a la rebelión rural y urbana, la logística de la guerrilla urbana tiene como objetivo sostener operaciones y tácticas que no tienen nada en común con métodos convencionales y son dirigidas contra la dictadura y su aliado imperialista. Para el/la revolucionario/a que lucha en la ciudad y que empieza con nada y sin apoyo al principio las logísticas son expresadas por la formula MDAME que significa Mecanización. Dinero. Armas. Municiones. Explosivos. Las logísticas revolucionarias toman la mecánica como una de sus bases. Sin embargo, la mecanización es inseparable del conductor. El conductor en la guerrilla urbana es tan importante como el ametrallador pues sin uno o el otro no funciona y cosas como los automóviles y ametralladoras no rinden y se tornan en objetos inútiles. Un conductor experimentado no se hace en un día y por eso su aprendizaje deberá comenzar a temprana edad. Todo buen revolucionario tiene que ser buen conductor de automóviles y otros vehículos. Con respecto al vehículo el revolucionario tiene que expropiar los que necesita. Cuando no tiene los recursos puede combinar la expropiación de vehículos con otros métodos de adquisición como dinero, armas, municiones, explosivos y equipo. El revolucionario tiene que expropiar dinero de bancos, cajas de crédito, explosivos y municiones donde quiera que los encuentre. Ninguna de estas operaciones se hace con un solo propósito y aun cuando el asalto es solamente por dinero las armas de los guardias también son expropiadas. La expropiación es el primer paso para la organización de nuestras logísticas que por su naturaleza asume un carácter de mortalidad armada permanente. El segundo paso es reforzar y expandir la logística recurriendo a emboscadas y trampas en las que el enemigo es sorprendido, aniquilado y sus armas, municiones, vehículos y otros recursos capturados. Una vez que el revolucionario tiene en su poder armas, municiones y explosivos, el agudo problema de logística tendrá que ser resuelto con encontrar un lugar seguro para esconder el material mientras se obtienen los medios de transporte y ensamblar lo que se necesita. Este problema tiene que ser solucionado aun cuando el enemigo este vigilando y tenga las calles y carreteras bloqueadas. Ante esto, el conocimiento que tiene el revolucionario del terreno de los mecanismos que utiliza, o es capaz de utilizar como guías reclutadas y preparadas especialmente para esta misión, son elementos básicos en la solución del problema eterno de logística de las fuerzas armadas revolucionarias.

Características y tácticas del Revolucionario

En sentido general, la técnica es la combinación de métodos que se utilizan para realizar cualquier actividad. La actividad del revolucionario/a consiste en hacer guerra de guerrilla sicológica. La táctica del Revolucionario Guerrillero Urbano tiene cinco componentes básicos que son los siguientes:

1. Una parte está relacionada con las características específicas de la situación.

2. Una parte está relacionada con los requisitos que se acoplan a las características y requisitos representados por una serie de ventajas iniciales sin las cuales el revolucionario/a no podrá lograr sus objetivos.

3. Una parte concierne ciertos objetivos definidos en las acciones iniciadas por la guerrilla urbana.

4. Una parte está relacionada con diferentes tipos y formas características de guerrilla urbana.

 5. Una parte está relacionada con el método de la guerrilla urbana de llevar a cabo acciones específicas.

La técnica de la guerrilla urbana tiene las siguientes características:

1. Es una técnica militar agresiva que tiene un carácter altamente ofensivo. Como es bien conocido, la acción defensiva significa la muerte para el Revolucionario Guerrillero Urbano. Por ser inferiores al enemigo en poder de fuego y no tener sus recursos ni su poderío, no podemos defendernos en contra de una ofensiva o un ataque concentrado por el ejército. Esta es la razón por la cual la técnica de guerrilla urbana nunca puede ser de naturaleza permanente, ni puede defender una base fija ni permanecer en un solo lugar esperando para repeler el ataque.

 2. Es una técnica de ataque y retirada a través de la cual preservamos nuestras vidas y recursos. No buscamos y jamás aceptaremos un combate abierto con el ejército, la policía u otras fuerzas armadas del enemigo.

3. Es una técnica que busca el desarrollo de la guerra de guerrilla urbana cuya función es desgastar, desmoralizar y distraer a las fuerzas enemigas, permitiendo así el desarrollo y supervivencia de la guerra de guerrilla rural que está destinada a representar un papel decisivo en la guerra popular revolucionaria.

La ventaja inicial de la guerrilla urbana

La dinámica de la guerra de guerrilla urbana yace en la colisión violenta del guerrillero/a con las fuerzas policiales y militares del gobierno. En los choques violentos el policía y él ejercito tienen superioridad y el revolucionario tiene fuerzas inferiores. La paradoja es que el revolucionario es quien ataca y las fuerzas militares y policíacas responden movilizando y concentrando grandes fuerzas infinitamente superiores en la persecución y destrucción de los revolucionarios.

Considerando esto, los revolucionarios solo podrán evitar la derrota si dependen de las ventajas iniciales que tienen y saben cómo explotarlas hasta el final para compensar la desventaja y falta de material bélico. Las ventajas iniciales del Revolucionario Guerrilleo Urbano son las siguientes:

1. Debe atacar al enemigo por sorpresa.

2. Debe conocer el terreno mejor que el enemigo.

3. Debe tener mayor movilidad y velocidad que el enemigo.

4. Debe tener servicios de información e inteligencia mejores que los del enemigo.

La sorpresa

Para compensar por su desventaja ante el enemigo el revolucionario utiliza la sorpresa. El enemigo no tiene formas de combatir la sorpresa, se confunde y es destruido. La técnica de la sorpresa esta basada en cuatro requisitos esenciales:

1. El revolucionario conoce la situación del enemigo por medio de información precisa y observación meticulosa mientras que el enemigo no sabe cuándo será atacado, como, donde o quien lo atacará.

2. El revolucionario conoce acerca de la fuerza y poder del enemigo que será atacado pero el enemigo no conoce la del revolucionario.

3. Atacar al enemigo por sorpresa permite al revolucionario ahorrar y conservar sus fuerzas mientras que el enemigo no es capaz de hacer lo mismo y queda a merced de los eventos.

 4. El revolucionario determina la hora y lugar del ataque, fija su duración y establece sus objetivos mientras que el enemigo permanece ignorante de toda la información.

El conocimiento del terreno

El mejor aliado del Revolucionario Guerrillero Urbano es el conocimiento del terreno que conoce come la palma de su mano. Tener el terreno como un aliado significa conocer cómo utilizar sus irregularidades con inteligencia, sus puntos altos y bajos, curvas, vueltas, pasajes fijos y secretos, áreas abandonadas, malezas, tomando ventaja máxima de todo esto para el éxito de acciones armadas, escapatorias, refugios, coberturas, retiradas, escondites, puntos muertos, barrancos, puntos estrechos, calles o caminos en construcción, puntos de inspección policial, zonas militares, calles cerradas, entradas y salidas a túneles, equinas controladas, luces, señales de tráfico y mucho más.

Todo deberá ser estudiado para evitar errores fatales. El revolucionario deberá saber cómo y donde esconderse para dejar al enemigo confundido en áreas que no conoce. El Revolucionario en un terreno difícil e irregular con avenidas, calles, pasillos, entradas, salidas, esquinas de centros urbanos, pasajes y atajos, lotes vacíos, pasajes subterráneos, tubos y sistemas de alcantarillados, puede atravesar con seguridad por áreas desconocidas por el enemigo para atacarlo por sorpresa en emboscadas fatales en cualquier momento inesperado. Por su conocimiento del terreno el revolucionario puede pasar a pie, en bicicleta, en automóvil, moto, o en camión y nunca ser atrapado. Actuando en grupos pequeños los revolucionarios se pueden reunir a una hora y lugar determinado de antemano, continuando el ataque inicial con nuevas operaciones o evadiendo el cordón policial y desorientando al enemigo con audacia inesperada. Es un problema para la policía estar dentro del laberinto revolucionario tratando de atrapar a alguien que no ven, reprimir a alguien que no puede detener, o cercar a alguien que no puede encontrar. Nuestra absoluta experiencia en la acción ha demostrado que el Revolucionario Guerrillero Urbano ideal es el/la que opera en su propia ciudad y cabalmente conoce sus calles, vecindarios, problemas de tránsito y otras peculiaridades. El revolucionario foráneo que llega a una ciudad que desconoce sus calles es un punto débil y si es asignado a ciertas operaciones, puede ponerse en peligro así mismo y otros. Para evitar errores graves es necesario saber primero la orientación de las calles en la ciudad.

La movilidad y velocidad del revolucionario

Para asegurar la movilidad y velocidad que el enemigo no pueda igualar el Revolucionario Guerrillero Urbano necesita lo siguiente: Vehículos, conocimiento del terreno, armas livianas, suspensión o desbarate del transporte enemigo y sus comunicaciones. Realizando cuidadosamente operaciones que duran escasamente unos minutos y abandonando el lugar en vehículos con buen funcionamiento, el Revolucionario hará una retirada rápida escapando la persecución, captura o muerte. El revolucionario deberá conocer el camino con minucioso detalle y repasar el itinerario por delante como entrenamiento para evitar calles sin salida, o encontrarse con atascos o ser detenido por señales de tráfico. La policía persigue al revolucionario ciegamente sin saber cuál calle o ruta usara para escapar mientras el/ella escapa rápidamente porque conoce el terreno y la policía pierde su pista y abandona la persecución. El revolucionario/a deberá lanzar sus operaciones lejos de centros logísticos del enemigo. La ventaja principal de este método de operación es que coloca al revolucionario a una distancia razonable de la posibilidad de captura y facilita la evasión.

Adicionalmente, a esta precaución necesaria el revolucionario deberá estar siempre interesado en los sistemas de comunicación del enemigo. El teléfono será el blanco principal para prevenir el acceso a la información derribando o destruyendo todo el sistema de comunicaciones. Aun cuando el enemigo tenga conocimiento de operaciones guerrilleras, siempre dependerá del transporte moderno para el sostén logístico y sus vehículos perderán tiempo transportando a través de un fuerte tráfico en las ciudades. Está claro que el enredo del alevoso tráfico es una desventaja para el enemigo como lo sería para los revolucionarios si estuvieran por delante. Si queremos un margen de seguridad aceptable y estar seguros de no dejar rastros para el futuro podemos adoptar los siguientes métodos:

1. Deliberadamente interceptar a la policía con otros vehículos o por inconveniencias y accidentes aparentemente casuales pero los vehículos en cuestión no deberán ser legales ni tener verdaderos números de matrícula.

 2. Obstruir caminos con árboles caídos, piedras, zanjas, hacer rótulos de tráfico falsos, calles sin salida y otros métodos hábiles para crear confusión y engaño al enemigo.

 3. Colocar minas caseras en el camino de la policía o tirar bombas Molotov para incendiar sus vehículos.

 4. Disparar una o dos ráfagas de fuego con subametralladora o escopeta u otras armas al motor y llantas de vehículos policías ocupados en la ciega persecución de los revolucionarios.

Con la arrogancia típica de policías y militares, el enemigo vendrá a pelear con impresionante equipo, armas pesadas y maniobras elaboradas por hombres armados hasta los dientes. Ante esto, los revolucionarios tienen que responder con armas livianas que puedan ser transportadas fácilmente, para poder escapar siempre a velocidad máxima sin aceptar combate abierto. Los revolucionarios no tienen otra misión más que atacar y retirarse rápidamente. Los revolucionarios se expondrían a la más aplastante derrota y muerte si cargaran armas pesadas junto con el tremendo peso de municiones necesarias para utilizarlas al mismo tiempo que perderíamos nuestra valiosa prenda de movilidad. Cuando el enemigo busca pelear contra los revolucionarios usando caballería no habrá desventaja mientras estén adecuadamente mecanizados pues el automóvil marcha más rápido que el caballo. Desde dentro del automóvil tenemos al enemigo montado en un caballo al cual podemos derribar con fuego de metralleta, granadas de mano, o bombas molotov.

Por otra parte, no es muy difícil para el revolucionario a pie poder hacer blanco de un policía montado a caballo. Cuerdas a través de la calle, canicas y tapones de corcho son métodos eficientes para hacerles caer a los dos. La más grande desventaja que afronta el policía montado a caballo es que le facilita al revolucionario dos excelentes blancos: el caballo y el jinete. Aparte de ser más rápido que el jinete y el caballo, el helicóptero tampoco tiene mejor oportunidad en persecuciones dentro de la gran ciudad. Si el caballo es muy lento comparado con el automóvil el helicóptero es aún más rápido. Volando a 200 kilómetros por hora [o más] nunca podrá tener éxito desde la altura en dar con precisión sobre un blanco que se pierde en medio de una muchedumbre y multitud de vehículos, ni tampoco podrá aterrizar en medio de calles públicas para capturar a alguien. Al mismo tiempo, si vuela muy bajo se convertirá excesivamente vulnerable al fuego de subametralladora de los revolucionarios.

La información

La posibilidad que la represión tiene de descubrir y destruir al revolucionario disminuye a medida que el poder del enemigo se engrandece y se concentra más en la población. Esta concentración representa un papel importante en proveer información sobre las acciones y movimientos del enemigo y oculta las actividades de los revolucionarios. El enemigo podrá ser también despistado con información falsa lo que es aún peor para ellos porque es una gran pérdida de tiempo y recursos. De cualquier medio, los orígenes de información a disposición del revolucionario son potencialmente mejores que los de la policía. El enemigo es observado y no sabe quién entre la población pasa información a los revolucionarios. Los militares y la policía son odiados por las injusticias, crímenes y violencia que han cometido contra el pueblo y esto facilita la obtención de información que es dañina para sus actividades. La información es solo un segmento del apoyo popular y representa un potencial extraordinario en manos del revolucionario.

La creación de una red de inteligencia con una estructura organizada es una necesidad básica e imprescindible para una organización revolucionaria. El revolucionario/a tiene que tener información vital sobre los planes y movimientos del enemigo para poder actuar; saber dónde están, como se mueven, los recursos de sus sistemas de transacciones bancarias, sus medios de comunicación y actividades secretos que realizan. La información del revolucionario/a representa un golpe bien asestado al enemigo. El enemigo no tiene forma de defenderse ante el importante escape de información que hace posibles ataques destructivos en su contra.

El enemigo también quiere saber que están planeando los revolucionarios para destruir o prevenir nuestras acciones. En este sentido el peligro de la traición está presente y el enemigo tratara de fomentarla entre la gente en diferentes formas; también, el enemigo tratara de infiltrar espías o provocadores dentro de la organización. La técnica revolucionaria contra esta táctica del enemigo es denunciar públicamente a espías, traidores, soplones y provocadores. Puesto que nuestra lucha toma lugar entre el pueblo y depende de su simpatía mientras el gobierno tiene mala reputación por su brutalidad, corrupción e incompetencia, los soplones, espías, traidores y la policía llegan a ser enemigos del pueblo y sin partidarios o apoyo, son denunciados a la guerrilla y en la mayoría de los casos, castigados con la muerte por su traición. El revolucionario no debe evadir la obligación de eliminar físicamente al soplón o espía una vez sea identificado. Para el éxito en la lucha contra espías o soplones es esencial organizar un sistema popular de contraespionaje o contra inteligencia. Sin embargo, hasta donde la información concierne no puede ser reducida solo a un asunto de saber los movimientos del enemigo y evitar la infiltración de sus espías y soplones. Los servicios de información e inteligencia de la guerrilla urbana tienen que ser amplios y deberán necesariamente abarcar todo incluyendo el más insignificante detalle o material. Existen técnicas para obtener información y los revolucionarios deberán dominarlas con real maestría. Siguiendo la técnica, la información por métodos de inteligencia se obtendrá en forma natural como parte de la vida cotidiana entre el pueblo. El revolucionario viviendo en medio de la población y moviéndose entre ellos deberá estar siempre atento a todo tipo de conversación y relaciones humanas, sabiendo disfrazar su real interés con gran pericia y buen juicio.  En lugares donde gente trabaja, estudia y vive es fácil obtener todo tipo de información sobre pagos, negocios, puntos de vista, opiniones, planes, el estado mental de la gente, viajes, la orientación interior de edificios, oficinas, habitaciones, centros de operaciones, etc. La observación, investigación, reconocimiento y exploración del terreno son también excelentes medios de información. El revolucionario jamás va a ningún lugar distraído y sin precaución; siempre estará alerta por si algo inesperado ocurre con ojos y oídos abiertos, sentidos alertas, memoria grabada con todo lo necesario, ahora mismo o en el futuro, para la continua actividad como combatiente revolucionario. La lectura cuidadosa de la prensa con atención particular a la investigación y búsqueda de datos acumulados, la transmisión de noticias y cualquier apunte, la persistencia de estar bien informado e informar a otros, todo esto compone el intricado y la inmensamente complicada cuestión de información, que facilita al revolucionario una ventaja decisiva sobre el enemigo. La obtención de información fiable y precisa producida por redes de inteligencia popular es clave en todo proceso de liberación y no se debe excluir. Las decisiones más importantes solo podrán ser acertadas si la organización revolucionaria tiene información sobre las actividades del enemigo.   

Decisión y determinación

No es suficiente para el revolucionario tener a su favor el elemento sorpresa, velocidad, conocimiento del terreno, armas, o información. El revolucionario/a deberá tener también habilidad de comando y control de cualquier situación y capacidad para decidir con firmeza, que son elementos sin los cuales las otras ventajas resultaran ser inservibles. Es imposible realizar cualquier acción por mucho que sea planificada si el revolucionario es ser indeciso, falto de certeza, o irresoluto; aun cuando una acción comienza con éxito puede terminar en derrota si el comando de la situación y habilidad para decidir con precisión es vacilante en la ejecución del plan. Cuando la capacidad de decisión del comando está ausente el vacío se llena de duda e inseguridad lo cual el enemigo toma como ventaja para liquidar al revolucionario. El “secreto” para el éxito de cualquier operación simple o complicada, fácil o difícil, está en mujeres y hombres con determinación y decisión para realizar la acción. Estrictamente hablando, no hay operaciones fáciles o simples y todas tienen que ser realizadas con el mismo cuidado y atención que se toma en las más difíciles, empezando con la opción del elemento humano lo cual significa confiar en el mando principal y la capacidad para decidir en cualquier situación.  Se puede ver o saber si una acción tendrá éxito o no por la forma en que los participantes actúan durante el periodo preparatorio. Los que se atrasan, se confunden fácilmente, olvidan cosas, fallan en hacer contactos designados y en completar las tareas básicas, son indecisos que pueden ser un peligro para todos y es mejor no incluirlos en las acciones. La decisión significa poner en práctica el plan que ha sido trazado con determinación, audacia y firmeza absoluta. Una persona indecisa o temerosa puede hacer perderlo todo incluyendo su propia vida y la de otros.

Los objetivos de las acciones

Con las tácticas desarrolladas y establecidas, los revolucionarios se entrenan así mismo en métodos de acción principal para atacar y en el caso de Brasil tiene los siguientes objetivos:

1. Amenazar seriamente el triángulo dentro del cual los sistemas de dominación del Estado Brasileño y del imperialismo son mantenidos. El triángulo cuya base es el eje Río de Janeiro-Sao Paulo-Bello Horizonte en donde el gigantesco complejo industrial, económico, político, cultural, militar y policial está ubicado. 

2.  Debilitar la milicia local y los sistemas de seguridad de la dictadura dado que los revolucionarios están atacando y los militares defendiéndose, lo que significa poner al gobierno en posición defensiva, con sus tropas inmovilizadas por la total defensa de su complejo nacional de mantenimiento y con temores siempre presentes de un ataque en los centros del nervio estratégico, sin poder saber de dónde, cómo y cuando el ataque llegara.

 3. Atacar todas las áreas con diferentes grupos armados pequeños pero autónomos y operando independientemente para forzar a dispersar las fuerzas del enemigo en su perseguimiento de una organización completamente fragmentada, en vez de ofrecerle al gobierno la oportunidad de concentrar sus fuerzas en la destrucción de un estrecho sistema organizado y operando por todo el país.

 4. Dar prueba de combatividad, decisión, firmeza, determinación y persistencia en ataques sistemáticos al enemigo para permitir a otros rebeldes en otras ciudades, a seguir el ejemplo y pelear con tácticas de guerrilla urbana. Mientras tanto, el gobierno con todos sus problemas e incapaz de detener las operaciones guerrilleras en ciudades por todo el país perderá tiempo, sufrirá un agotamiento interminable y será forzado a retirar sus fuerzas represivas para hacer guardia en los bancos, industrias, armerías, prisiones, oficinas públicas, estaciones de radio y televisión, empresas yanquis, tanques para almacenaje de gas, refinerías de aceite, barcos, aviones, puertos, aeropuertos, hospitales, centros de salud, bancos de sangre, almacenes, garajes, embajadas, residencias de miembros del gobierno como ministros y generales del ejército, estaciones de policía, organizaciones oficiales, cuarteles militares y otros.

5. Incrementar gradualmente acciones hacia un sin fin de incursiones tales que el gobierno no pueda dejar el área urbana para perseguir a los Revolucionarios en áreas rurales, sin correr el riesgo de abandonar las ciudades y permitir incrementos de rebelión en la costa y en el interior del país. 

 6.  Forzar al ejército, la policía, sus comandantes y asistentes, a perder la relativa tranquilidad y comodidad en sus cuarteles y descanso usual, por un estado permanente de temor y creciente tensión en la expectativa de ataques o en la búsqueda de pistas que se desvanecen sin indicio.

 7. Eludir el combate abierto y decisivo con las fuerzas armadas del gobierno limitando la lucha a breves y rápidos ataques con resultado relámpago.

8. Asegurar a los revolucionarios máxima libertad y movimiento de acción sin abandonar las acciones armadas, permanecer firmemente orientado hacia la formación de la guerra de guerrilla rural y apoyar la construcción del Ejército Revolucionario de Liberación Nacional.

Acerca de diferentes tipos y naturaleza de las misiones

Para lograr los objetivos previamente mencionados, el Revolucionario es obligado en sus tácticas a realizar misiones cuya naturaleza es diferente y diversamente posibles. El revolucionario no elige arbitrariamente una misión y algunas acciones son simples mientras otras son complicadas. Por eso, el revolucionario inexperto deberá ser introducido gradualmente en operaciones que se extienden desde lo simple hasta lo más complejo. El revolucionario comienza con tareas y misiones pequeñas hasta hacerse un experto. Antes de cualquier acción, el revolucionario deberá pensar cuidadosamente sobre los métodos y personal a su disposición para realizar una misión o tarea. Operaciones y acciones que demandan preparación técnica y adecuada no deberán ser realizadas por alguien que carece de pericia técnica. Con estas precauciones las misiones que los revolucionarios puedan emprender son las siguientes: Asaltos, incursiones y penetraciones, ocupaciones, emboscadas, tácticas de calle, huelgas, deserciones, desviaciones, capturas, expropiación de armas, municiones y explosivos, liberación de prisioneros, ejecuciones, secuestros, sabotaje, terrorismo, propaganda armada y guerra de nervios.

Los asaltos

Los asaltos son ataques armados para expropiar fondos, liberar prisioneros, capturar explosivos, armas y municiones. Los asaltos se pueden hacer de día o de noche.  Los asaltos de día se hacen cuando el objetivo principal de la acción no puede ser realizada en la noche, por ejemplo, el transporte de dinero a bancos en vehículos blindados. Los asaltos de noche son usualmente los más ventajosos e ideales cuando las condiciones para ataques sorpresa son favorables incluyendo la oscuridad que facilita el escape y oculta la identidad de los participantes. Sin embargo, los revolucionarios deberán estar siempre preparados y listos para actuar en cualquier condición día y noche.

Los blancos vulnerables para el asalto son los siguientes:

Establecimientos de crédito, empresas comerciales e industriales, incluyendo plantas para la fabricación de armas y explosivos;  establecimientos militares, comisarías y estaciones de policía, cárceles y prisiones, propiedades del gobierno, centros de prensa y comunicaciones incluyendo antenas de radio y televisión, oficinas de redacción, propiedades de negocios y empresas imperialistas, vehículos del gobierno, incluyendo los de la policía y militares, camiones blindados, trenes, barcos, aviones, transportadores de dinero y otros. En el asalto a negocios se usan las mismas tácticas porque en todo caso los edificios representan un blanco fijo. Asaltos a edificios son proyectados como operaciones guerrilleras y varían de acuerdo sí son en contra de bancos, empresas comerciales, industrias, bases militares, comisarías, prisiones, estaciones de radio, bodegas de empresas extranjeras, u otras. El asalto a vehículos incluyendo vehículos blindados transportadores de dinero, trenes, barcos, o camiones, corresponde a otra naturaleza y forma de acción puesto que son blancos móviles. La naturaleza y método de operación varía de acuerdo a la situación y circunstancias, es decir, dependerá si el vehículo esta estacionado o en movimiento. Los vehículos blindados incluyendo los militares y de policía no son inmunes a minas.

El bloqueo de carreteras o caminos con trampas, artimañas, intercepciones con otros vehículos, bombas molotov y disparar con armas pesadas son métodos eficientes de asalto a vehículos. Barcos anclados y aviones estacionados pueden ser secuestrados y su tripulación de guardas aniquilados; aviones en vuelo pueden ser secuestrados; barcos y trenes en movimiento pueden ser capturados para obtener armas y municiones o para prevenir el movimiento de tropas enemigas.

El asalto al banco como modelo popular

La acción revolucionaria de guerrilla urbana más popular es el asalto armado a bancos y la expropiación de dinero. En Brasil los revolucionarios han iniciado un tipo de asalto organizado a bancos como operación guerrillera. Hoy este tipo de asalto armado es ampliamente utilizado en otros piases y sirve como prueba preliminar de entrenamiento en tácticas de guerrilla urbana. En la práctica, importantes innovaciones en tácticas para el asalto armado a bancos se han desarrollado con éxito incluyendo la huida garantizada, el retiro de dinero en efectivo y el anonimato de los ejecutores de la acción. Entre las innovaciones mencionadas está, por ejemplo, tirotear las ruedas de vehículos para prevenir la persecución, encerrar gente en el baño del banco, forzarlos a sentarse o acostarse en el suelo, inmovilizar a los guardas y tomar sus armas, forzar a que alguien abra la bóveda del banco y usar disfraces. La instalación de alarmas, aparatos o mecanismos para detección electrónica y guardianes armados han demostrado ser infructuosos y hasta inútiles en algunos casos, cuando el asalto armado al banco es puramente político y realizado de acuerdo a tácticas de guerrilla urbana. Este método de operación que utiliza nuevas técnicas para responder a los cambios de tácticas del enemigo, tiene acceso a poder de fuego que crece cada día, es cada vez más experimentado y confiado y usa un número mayor de combatientes, todo esto para garantizar el éxito de operaciones planificadas hasta él último y más minucioso detalle. El asalto armado a bancos es una acción exclusivamente para la expropiación de fondos que la revolución necesita. Pero como en cualquier tipo de expropiación armada cuyo fin sea obtener dinero, los revolucionarios tiene el obstáculo de una doble competición: Los bandidos ladrones y derechistas contrarrevolucionarios. Esta competición por los recursos materiales en poder del enemigo produce confusión y mal estar que se refleja en la incertidumbre del pueblo al no saber quién-es-quien y porque de las acciones armadas a bancos. En esta situación dependerá de los revolucionarios prevenir que esto suceda y para lograr el objetivo se usaran dos métodos: 1) Los revolucionarios evitaran la técnica de los bandidos que consiste en usar gran violencia innecesaria y robar dinero u objetos personales a gente común.  2) Los revolucionarios utilizaran el asalto al banco para propósitos de propaganda política en todo momento que la acción ocurra y después distribuir material, volantes y otros medios posibles para explicar los objetivos y principios de la acción.

Invasiones y Penetraciones

Las incursiones y penetraciones son ataques rápidos a establecimientos ubicados en zonas residenciales o en el centro de la ciudad tales como pequeñas unidades militares, comisarías, hospitales, causar problemas, capturar armas, castigar y aterrorizar al enemigo, tomar represalias o rescatar prisioneros heridos en hospitales bajo guardia policial. Las incursiones y penetraciones se hacen también en estacionamientos y depósitos para destruir vehículos y dañar instalaciones especialmente si son de empresas imperialistas. Cuando ocurren en ciertas extensiones de tierra o ciertas zonas residenciales las penetraciones pueden servir para forzar al enemigo a movilizar un gran número de tropas, un esfuerzo que será totalmente inútil puesto que no habrá nadie con quien pelear cuando lleguen al lugar. Cuando las penetraciones se realizan en ciertas casas, oficinas, archivos, u oficinas públicas, su propósito será buscar y confiscar documentos con los cuales se podrá denunciar negocios sucios, corrupción, y trámites criminales por miembros del gobierno. Las invasiones y penetraciones son más efectivas durante la noche.

Las ocupaciones

Las ocupaciones son un tipo de ataque realizado cuando los revolucionarios se estacionan en establecimientos y localidades específicas para atacar temporalmente al enemigo o para hacer propaganda política.  La ocupación de estaciones de radio es para propósitos de propaganda política. La ocupación es un modelo altamente eficiente de acción, pero para prevenir perdidas y daños materiales a las fuerzas armadas revolucionarias, es siempre buena idea planificar sobre la posibilidad de una retirada forzosa. La retirada deberá ser siempre planeada cuidadosamente y realizada en el momento más oportuno.  Las ocupaciones siempre tienen tiempo límite y entre más rápidas sean ejecutadas será mejor.

La emboscada

Las emboscadas son ataques típicamente sorpresivos cuando el enemigo es atrapado en un determinado lugar o cuando forman una red policial circundando una casa o propiedad. Una falsa alarma puede traer al enemigo a un lugar en donde podrá caer en una trampa.

El objetivo principal de la emboscada es para eliminar al enemigo y tomar sus armas, municiones, equipo y cualquier otro objeto de utilidad para los revolucionarios. Las emboscadas para detener trenes de pasajeros son para hacer propaganda política, pero si hay tropas enemigas, el objetivo será aniquilarlos y tomar sus armas. También, el revolucionario franco tirador es el tipo de combatiente especialmente apropiado para la emboscada porque puede esconderse en las irregularidades del terreno, en azoteas de edificios, actuar desde ventanas y lugares obscuros de donde puede tomar puntería cuidadosamente de su blanco elegido. La emboscada tiene un efecto devastador en el enemigo dejándolo agitado, inseguro y temeroso.

Las tácticas callejeras

Las tácticas callejeras se usan para luchar contra el enemigo en las calles utilizando la participación de la población contra él. En Brasil durante 1968 los estudiantes usaban excelentes tácticas callejeras en contra de tropas policiales, tales como marchar sobre la calle contrariamente al tráfico y utilizando hondas para tirar piedras o balines de acero contra la policía montada a caballo. Otras tácticas callejeras consisten en construir barricadas, arrancar bloques de ladrillo y lanzarlos contra la policía, tirar botellas, piedras, o cualquier otro proyectil contundente desde edificios, torres, árboles y otros lugares. Se deberán usar también edificios y otras estructuras para escapar, esconderse y para apoyar ataques sorpresa.

Es igualmente necesario saber cómo responder a tácticas enemigas con tácticas guerrilleras. Cuando la policía trae puestos cascos de protección contra proyectiles volantes los revolucionarios se dividen en dos grupos: El que ataca de frente y el que ataca por detrás siempre en retirada mientras el otro entra en acción para prevenir que el primero sea golpeado por los proyectiles lanzados por el segundo. Igualmente, es muy importante saber cómo responder a una red policial. Cuando la policía designa miembros para entrar en una muchedumbre de gente y arrestar a un manifestante, un grupo grande de combatientes deberá rodear a los policías atacándolos violentamente de inmediato y golpeándolos sin piedad, permitiendo así que el prisionero pueda escapar. Esta operación guerrillera se llama “la red dentro de la red” y ha tenido efecto exitoso muchas veces en la lucha callejera. Para lograr realizarla con éxito es imprescindible su previa organización, planificación, coordinación y correcta ejecución. Cuando la red policial es formada en un edificio de escuela, factoría, o un lugar en donde se reúnen manifestantes o en algún otro punto, los Revolucionarios no deberán ceder o permitir ser tomados por sorpresa.  Para hacer efectiva su red el enemigo es obligado a transportar sus tropas en vehículos especiales para ocupar puntos estratégicos en las calles, o tomar un edificio u otro lugar designado.

Los revolucionarios por su parte, nunca deberán dejar un edificio o área y tener reuniones sin antes saber y conocer primero todas sus salidas y entradas cabalmente y en gran detalle, lo que ayudará a romper un posible cerco, a conocer los puntos estratégicos que la policía deberá ocupar, los caminos que inevitablemente conducen a la red y tener otros puntos estratégicos desde los cuales poder golpear al enemigo con fulminante contundencia. Las vías utilizadas por la policía deberán ser minadas en puntos clave a lo largo del camino y en los forzadamente bloqueados. Cuando las minas exploten los vehículos y policías volaran por los aires. La red deberá ser rota por rutas de escape desconocidas por la policía. El riguroso plan de retirada es la mejor forma de frustrar cualquier cerco del enemigo. Cuando no hay posibilidad de hacer un plan de fuga los Revolucionarios no deberán tener encuentros, puesto que hacerlo, preverá poder romper la red del enemigo que seguramente lanzará a todo su alrededor. Las tácticas callejeras han revelado un nuevo tipo de Revolucionario y Guerrillero Urbano que puede participar directamente en protestas masivas sin ser detectado. A este tipo de combatiente lo llamaremos “manifestante guerrillero” el cual se une a la muchedumbre y participa directamente en marchas, demostraciones y desfiles con precisos fines en mente. Los “manifestantes guerrilleros” deberán iniciar “la red dentro de la red” saqueando vehículos oficiales volteándolos e incendiarlos.

Dentro del contexto de tácticas callejeras, el franco tirador junto al “manifestante guerrillero” desempeña una importante y valiosa participación conjunta en la lucha Revolucionaria. Oculto en puntos estratégicos, los franco tiradores pueden tener éxito usando escopetas o subametralladoras [inclusive con silenciador] que fácilmente podrá causar grandes e irreparables perdidas al enemigo.  

Las huelgas e interrupciones de trabajo

La huelga organizada es un modelo de acción Revolucionaria en centros de trabajo y escuelas para dañar económicamente al sistema capitalista del enemigo obstruyendo el trabajo de explotación y actividades de estudio. Debido a que es un arma efectiva de la clase trabajadora y la más temida por los capitalistas, el enemigo utiliza tremendo poder de fuego e increíble violencia en su contra. Los huelguistas son arrestados arbitrariamente y llevados a calabozos de prisiones en donde sufren horribles torturas, palizas y en muchos casos la muerte. Los Revolucionarios deberán organizar y hacer la huelga de tal forma para no dejar rastros o indicios que puedan facilitar la identificación de líderes o responsables de la huelga obrera. La huelga de los trabajadores o campesinos tendrá mayor posibilidad de éxito cuando es organizada por un grupo pequeño y en total secreto utilizando los más clandestinos métodos para su preparación.

Las armas de fuego, municiones, bombas molotov, armas caseras de destrucción y ataque, deberán ser suministradas con anticipación para responder a la brutal violencia del enemigo fascista. Para que la huelga pueda causar el mayor daño posible al enemigo es buena idea estudiar y poner en efecto un plan de sabotaje. Las huelgas e interrupciones de trabajo, aunque son de breve duración causan fuerte daño al enemigo. Es contrario a sus intereses ver brotar huelgas inesperadamente en diferentes lugares y secciones de la misma área desbaratando la vida cotidiana y ocurriendo sin fin una huelga después de otra. En huelgas o interrupciones de trabajo los Revolucionarios pueden recurrir a la ocupación o penetración del lugar o pueden simplemente hacer una incursión. En ese caso, los objetivos serán los siguientes: capturar y hacer prisioneros, demandar a cambio de sus vidas y canjearlos por huelguistas en prisiones. Si las demandas no se cumplen los prisioneros en nuestro poder serán ejecutados sin excepciones. En ciertos casos, huelgas y breves interrupciones de trabajo pueden ofrecer excelentes oportunidades para preparar emboscadas y trampas cuyo objetivo será la destrucción física de la policía. Estas oportunidades se deberán aprovechar plenamente porque son parte de nuestra razón de ser como Revolucionarios que es eliminar al enemigo lo más frecuentemente posible. La experiencia nos ha demostrado claramente que el enemigo sufre grandes daños materiales, psíquicos, morales y es debilitado severamente por nuestras acciones revolucionarias. Por eso, nuestra obligación es eliminarlo cuando sea posible y sin excepciones.

Deserciones, desviaciones, aprehensiones, expropiaciones de municiones y explosivos

Las deserciones y desviaciones de armas son acciones realizadas en bases militares del enemigo, bancos, hospitales militares y en otros lugares.  El Revolucionario como soldado en él ejercito del enemigo, deberá desertar en el momento más oportuno con armas y municiones para entregarlas a la organización Revolucionaria que pertenece. Uno de los momentos más oportunos para que el Revolucionario pueda desertar es cuando ha sido llamado para perseguir a sus compañeros fuera de la base militar del enemigo.  En vez de seguir órdenes del enemigo el militar Revolucionario deberá unirse a los rangos guerrilleros entregando las armas y municiones que lleva o los vehículos militares que opera. La ventaja de este método es que los Revolucionarios obtienen armas y municiones directamente del ejército enemigo, la marina, la fuerza aérea, o la policía sin gran trabajo o riesgo dado que llegan a nuestras manos por el transporte del enemigo. Otras oportunidades para desertar pueden ocurrir en los cuarteles del enemigo y el militar Revolucionario deberá estar siempre alerta a esta posibilidad.

En caso de descuido por parte de los comandantes o en otras condiciones favorables tales como actitudes burocráticas o la relajación de disciplina de los tenientes u otro personal interno, el militar Revolucionario no deberá esperar más y dará información a sus compañeros y desertará con la mayor provisión de armas posible.  Cuando no hay posibilidad de desertar con armas y municiones el militar Revolucionario deberá hacer acciones de sabotaje comenzando incendios y explosiones en vaciadores de municiones. Esta técnica de desertar con armas, de allanar y de sabotaje en centros militares urbanos es la mejor forma para desgastar y desmoralizar al enemigo dejándolo confuso. Uno de los propósitos de la guerrilla urbana es desarmar al enemigo y tomar sus armas. Estas armas están usualmente en manos de centinelas u otros cuya tarea es vigilar. La captura de armas podrá ser realizada por medios violentos, mañas, trucos o trampas. Cuando el enemigo esta desarmado deberá ser registrado cuidadosamente para saber si tiene otras armas además de las que le han sido expropiadas. Si el revolucionario es descuidado y confiado el enemigo podrá tener otras armas escondidas que no fueron incautadas y matarlo.

La aprehensión de armas es un método eficiente para adquirir subametralladoras, que es el arma más importante del Revolucionario y Guerrillero Urbano. Cuando los revolucionarios realizan operaciones o acciones para tomar armas y municiones, el material capturado puede ser para uso personal o para armamentos y suministros a los grupos de fuego.  La necesidad de proveer de fuego al revolucionario es tan grande que para poder comenzar de cero muy frecuentemente hay que comprar o capturar una sola arma. El punto básico, sin embargo, es empezar con gran espíritu de decisión y osadía contundente.  Poseer una o más subametralladora multiplicara el poder de fuego revolucionario con enorme ventaja. En expropiaciones a bancos hay que tener cuidado y tomar las armas del vigilante del banco o eliminarlo si es necesario. El resto de las armas se encontrarán con el tesorero, el gerente, o pagadores y deberán ser expropiadas también. Muchas veces tendremos éxito tomando armas en estaciones de policía como resultado de incursiones. La toma de armas, municiones y explosivos es el objetivo final de revolucionario al asaltar negocios comerciales, empresas y almacenes. Todo esto en nombre de un noble proceso de auténtica liberación nacional.

Liberación de prisioneros

La liberación de presos es una acción armada designada a liberar Revolucionarios encarcelados en calabozos de prisiones del enemigo. En la lucha diaria contra el enemigo fascista, los revolucionarios siempre estarán propensos al arresto y pueden ser sentenciados a largos años de cárcel o incluso sufrir la muerte. Esto, sin embargo, no significa que la lucha termina allí pues para el verdadero revolucionario con su experiencia y sabiduría se profundiza y su lucha continúa aun en horribles calabozos en donde está preso. El revolucionario detenido mira la prisión del enemigo como terreno que deberá dominar y entender para liberarse así mismo en una operación guerrillera. No hay cárcel, ya sea isla, penitenciaria, o granja penal que sea inmune a la inigualable astucia, destreza, talento y poder de fuego de los verdaderos revolucionarios ya sean urbanos o rurales.  Mientras tanto, los revolucionarios que no está presos miran la prisión del enemigo como el lugar designado para acciones planificadas para liberar a sus compañeros ideológicos de la cárcel del enemigo. Es en la combinación de revolucionarios que están y que no están en la cárcel que resultan las operaciones armadas llamadas liberación de prisioneros. Las operaciones que se pueden realizar para liberar prisioneros son las siguientes:

1. Motines en cárceles, prisiones, campos o granjas “correccionales,” penitenciarias, centros de detención, o durante el transporte de reos en buses, barcos, aviones y otros.

2. Asaltos armados a cárceles o prisiones urbanas o rurales, centros de detención temporaria, o cualquier otro lugar permanente o temporario en donde están detenidos los Revolucionarios y compañeros de lucha.

3. Asaltos armados a cualquier transporte de prisiones y la eliminación física inmediata sin excepciones del personal carcelario.

4. Incursiones y penetraciones armadas a prisiones, cárceles, centros de detención dentro y fuera de la ciudad.

5. Emboscadas y aniquilación sin excepción de guardas que trasladan a nuestros compañeros Revolucionarios a prisiones del enemigo.

Las ejecuciones

Las ejecuciones consisten en dar muerte a espías, soplones, agentes del enemigo, policías, torturadores, jueces, guardianes de prisiones, violadores de mujeres Revolucionarias en prisión y cualquiera que en forma directa o indirecta colabore con el enemigo, o actúe contra los Revolucionarios en cualquier forma o circunstancia.  Las ejecuciones son acciones secretas en las cuales él más mínimo número de compañeros estará implicado. En otros casos, la ejecución podrá ser realizada por solo una persona que actuará muy paciente, desconocido, operando en absoluto secreto y a sangre fría. Los Revolucionarios nos referimos a las ejecuciones como “ajusticiamientos” por ser una acción reivindicativa de la vil traición a una causa justa y noble como es la liberación de los pueblos.

El secuestro

El secuestro es la captura y retención involuntaria de una persona en un lugar secreto. En el caso de los Revolucionarios el secuestro se hace solamente por razones políticas, aun cuando sea utilizado para canjear dinero para la organización Revolucionaria. El secuestro se hace también en contra de personalidades políticas y enemigos notorios del movimiento Revolucionario para intercambiar por Revolucionarios en prisiones o para forzar la suspensión de torturas a compañeros en los calabozos del fascismo. El secuestro de personalidades artísticas bien conocidas, estrellas de cine o deportivas, o cualquier otro que sea destacado en algún otro campo y que no evidencie interés político, puede ser útil para la propaganda política Revolucionaria con tal que ocurra en circunstancias especiales y que sea manejado de tal forma que él público lo entienda y simpatice con la acción. El secuestro de extranjeros constituye una forma de protesta en contra la penetración y dominio del imperialismo.

El sabotaje

El sabotaje es un ataque altamente destructivo que usa pocas personas y a veces requiere solo una para lograr el resultado deseado. Cuando los revolucionarios usan el sabotaje como táctica de lucha, el primer paso es el sabotaje aislado; después llegara la dispersión de sabotaje en general llevado a cabo por la población. El sabotaje bien ejecutado demanda estudio, planificación y acción cuidadosa. Una forma muy característica de sabotaje es la explosión usando dinamita, fuego, o poniendo minas en lugares estratégicos. Un poco de arena, el goteo de cualquier clase de combustible, un trabajo de lubricación de mala calidad, un tornillo sacado, un corto circuito, o un pedazo de madera o hierro insertado, puede causar enorme daño irreparable al enemigo. El objetivo principal del sabotaje es dañar, averiar, hacer algo inútil y destruir puntos vitales del enemigo como los siguientes:

1. La economía capitalista del país.

2. La producción de la industria y agricultura.

3. El transporte y sistemas de comunicación.

4. Los sistemas militares y de policía en sus establecimientos o depósitos.

5. El represivo sistema militar de policía.

6. Las propiedades y empresas de explotadores extranjeros en el país.

Los revolucionarios siempre deberán poner en peligro la economía capitalista del enemigo, particularmente, sus aspectos financieros como las redes de bancos domésticos y extranjeros, su sistema de intercambio comercial y créditos, su sistema de impuestos, etc. Las oficinas públicas, centros de gobierno y otros serán blancos seguros para el sabotaje. Los ataques contra la producción agrícola e industrial no serán fáciles para el gobierno de prevenir cuando los revolucionarios tienen buen conocimiento a fondo de la situación local. Los trabajadores en fábricas actuando como revolucionarios son excelentes saboteadores debido a que ellos mejor que nadie, entienden y conocen la industria, la maquinaria, las factorías o la parte más principal y creíble para destruir una operación total, causando mucho más daño que un laico mal informado pueda hacer.

Con respecto al sistema de transporte y comunicaciones del enemigo, comenzando con él tráfico ferroviario, es necesario atacarlos sistemáticamente con sabotaje contundente. La única precaución será no causar daño o muerte a pasajeros, especialmente a comunitarios regulares en trenes de larga distancia o suburbanos. Ataques a trenes de carga militar, transportes y sistemas de comunicación del enemigo serán blancos principales en esta tarea.

Túneles bloqueados con vallas de explosivos o una obstrucción causada por trenes descarrilados causa un enorme daño al enemigo. El descarrilamiento de trenes que transportan combustible es un daño aun mayor para el enemigo. También lo es dinamitar puentes de ferrocarril dado que en un sistema en donde el peso y tamaño del equipo rodante es enorme, llevara muchos meses para reparar o reconstruir la destrucción y el daño. En cuanto a carreteras y caminos, estos pueden ser obstruidos con árboles, vehículos estacionados, zanjas y puentes destruidos por explosivos. Los barcos pueden ser dañados en anclaje de mar y ríos o en astilleros; los aviones pueden ser dañados o destruidos en tierra con explosivos; las líneas telefónicas y de telégrafo pueden ser sistemáticamente dañadas o destruidas, las torres voladas con explosivos y las líneas hacerlas inservibles. El transporte y sistemas de comunicaciones del enemigo tendrán prioridad para ser saboteadas de inmediato, porque el movimiento Revolucionario de liberación ya comenzó y es esencial para impedir el movimiento de tropas, armas y municiones del enemigo.  Seguidamente, plantas de combustible, tuberías de aceite, almacenes de arsenales, bases militares, estaciones de policía y guardia civil, deberán ser blancos para operaciones de sabotaje y la eliminación física de sus ocupantes; mientras tanto, vehículos, camiones del ejercito, carros de la policía y cualquier otro vehículo deberán ser destruidos dondequiera que sean encontrados.  Los centros de represión militar, de policía y sus órganos especializados en represión y tortura, también deberán tener la fina y aguda atención del revolucionario saboteador. Las empresas extranjeras y sus propiedades deberán ser blancos frecuentes para que el volumen de acciones en su contra sobrepase el total de otras acciones contra puntos vitales del enemigo.

El terrorismo

El terrorismo es la acción armada dentro del marco de guerra y usualmente implica utilizar explosivos, o bombas de fuego con gran capacidad destructiva y capaz de efectuar pérdidas irreparables al enemigo. El terrorismo requiere obligatoriamente que el revolucionario tenga conocimiento de buena teoría y práctica adecuada para fabricar explosivos.   La acción terrorista –aparte de la aparente facilidad con que puede ser realizada– no es en principio diferente a otras acciones armadas cuyo éxito dependerá de la planificación y determinación con que se ejecuten. Es una acción armada la cual el revolucionario deberá ejecutar con gran calma y firme determinación. Aunque el terrorismo como acción armada implica principalmente causar explosiones altamente destructivas, hay casos y circunstancias en que será realizada por medio de ajusticiamientos o la destrucción de propiedades, instalaciones, plantaciones, etc. También, es esencial señalar sobre la importancia de los incendios y la construcción de dispositivos incendiarios como bombas de gasolina y la técnica de guerrilla urbana terrorista. El terrorismo por razones políticas, es una importante arma en la lucha que los revolucionarios nunca deben abandonar.

La propaganda armada

La coordinación de actividades guerrilleras urbanas –incluyendo cada acción armada– es la forma principal para hacer propaganda política. Estas acciones realizadas con objetivos y fines específicos en mente inevitablemente se convierten en material de propaganda para los sistemas de comunicación masiva. Los atracos a bancos, emboscadas, ajusticiamientos, secuestros, sabotaje, terrorismo, guerra de nervios y más son todos ejemplos de propaganda armada. Los aviones secuestrados en vuelo y desviados, barcos o trenes atacados y secuestrados, son acciones armadas realizadas exclusivamente para efectos de propaganda. Los Revolucionarios nunca dejaran de instalar una imprenta clandestina y producir reproducciones mimeografiáis de una publicación usando alcohol, planchas eléctricas y otros aparatos para duplicar.  Se expropiará lo que no se puede comprar para producir clandestinamente un periódico, boletín, panfleto, o volantes para hacer propaganda y agitación contra el enemigo.  Los revolucionarios comprometidos con una imprenta clandestina facilitan enormemente la incorporación de un gran número de gente hacia la lucha Revolucionaria, abriendo fuentes de trabajo para los que están dispuestos a distribuir propaganda Revolucionaria aun cuando hacerlo signifique actuar solo/a y arriesgarse a la represión del enemigo fascista. Con la existencia de propaganda clandestina y material para agitación, el inventivo espíritu del Revolucionario se expande y fabrica hondas para tirar, artefactos, morteros y otros instrumentos con los cuales distribuir propaganda en contra del gobierno a distancia. Las ocupaciones de estaciones de radio, el uso de altavoces, pintadas en paredes y otros lugares, son formas de hacer propaganda política. El envío consistente de cartas a direcciones especificas explicando el significado y razones de las acciones de los Revolucionarios, produce resultados considerables y efectivos siendo, además, un método de importante influencia en ciertos segmentos políticos de la población. Sin embargo, aun esta influencia ejercitada en el corazón del pueblo por todos los mecanismos posibles y girando alrededor de las actividades revolucionarias, no indica que nuestras fuerzas tengan apoyo de todos. Por eso, será suficiente ganar el apoyo de una porción del pueblo y esto se puede hacer popularizando el tema: “Dejar al que no quiere hacer nada por los guerrilleros hacer nada contra ellos.”

La guerra de nervios

La guerra de nervios o guerra psicológica es una táctica agresiva basada en el uso directo o indirecto de los medios de prensa masivos y rumores para desacreditar al gobierno. En la guerra psicológica el gobierno siempre está en desventaja porque impone censura forzada a la prensa y termina en una posición defensiva al no permitir que nada en su contra se filtre de un lado a otro. En esta situación, el gobierno se desespera, se enreda en grandes contradicciones, pierde prestigio, tiempo y energía en un agotable esfuerzo de querer controlar algo que está sujeto a romperse en cualquier momento. El objetivo de la guerra de nervios es para dar a conocer las mentiras del gobierno en la cual todos pueden participar, creando así una atmósfera de nerviosidad, descrédito, inseguridad, incertidumbre y gran preocupación por parte del gobierno. Los métodos utilizados por revolucionarios en la guerra de nervios son los siguientes: 

1. Usar el teléfono y correos para anunciar indicios falsos a la policía y militares incluyendo falsa información sobre bombas o la amenaza de actos terroristas de gran magnitud en oficinas públicas y en otros lugares, planes de asesinato y secuestro para forzar al enemigo a desgastarse por dar seguimiento a la falsa información.

2. Permitir que planes falsos lleguen a las manos de policías para desviar su atención y actividades.

3. Implantar falsos rumores para incomodar y desacreditar al gobierno.

4. Explotar en toda forma posible la corrupción, los fracasos del gobierno y sus representantes, forzándolos hacia explicaciones y justificaciones desmoralizantes en la misma prensa que quieren mantener bajo censura.

5. Presentar denuncias en Embajadas extranjeras, en las Naciones Unidas, en la nunciatura papal, en comisiones internas que defienden derechos humanos y la libertad de expresión, exhibir cada violación concreta y el uso de violencia brutal por militares o policías y hacerles saber que la guerra Revolucionaria continuara con serios peligros para los enemigos del pueblo.

Como realizar la acción

El Revolucionario que correctamente concluye enteramente su aprendizaje y adiestramiento deberá dar la mayor importancia posible a métodos para realizar acciones porque en esto no puede ni debe cometer el menor error. Cualquier descuido del conocimiento de tácticas y su uso invita a un seguro desastre según la experiencia nos enseña todos los días en la acción.  

Los delincuentes comunes cometen errores muy frecuentemente debido a sus tácticas y esta es una razón de porque el revolucionario deberá estar muy insistentemente preocupado con las tácticas revolucionarias y no con las tácticas de delincuentes bandidos y no solo por esa razón, sino también porque no hay ni habrá un verdadero revolucionario merecedor de ese título personal si ignora los sagrados métodos revolucionarios de acción y falle al practicarlos rigurosamente en la planificación y ejecución de sus actividades como soldado en él ejercito del pueblo. El dicho “el gigante se conoce por su dedo” se puede decir igual por el guerrillero urbano o rural que se conoce desde lejos por sus tácticas correctas y su absoluta fidelidad a los sagrados e inviolables principios revolucionarios. Los métodos Revolucionarios para realizar acciones son fuertemente y enérgicamente basados en el conocimiento y uso cabal de los siguientes elementos:

1) Investigación y recogida de inteligencia.

2) Observación y vigilancia.

3)  Reconocimiento o exploración del área o terreno.

4)  Estudio y cronometraje de rutas.

5)  Cartografía.

6)  Mecanización.

7)  Cuidadosa selección de personal.

8)  Selección de poder de fuego adecuado.

9)  Estudio y práctica en éxito.

10)  Uso de protección.

11)  Retirada.

12)  Dispersión.

13)  Liberación o traslado de prisioneros.

14)  Eliminación de evidencia.

15)  Rescate de heridos.

Algunas observaciones de las tácticas

Cuando no hay información disponible el punto de partida para planificar acciones deberá ser la investigación, observación y vigilancia. La experiencia ha demostrado que este método produce buenos resultados. En todo caso, aun cuando hay información es esencial hacer observaciones detalladas para ver que la información no esté en disparidad con la observación y viceversa. El reconocimiento o exploración del área o terreno y el estudio cronometrado de rutas son tan importantes que omitirlas es como dar un tiro en la oscuridad.

La mecanización en general es un factor incorrectamente subestimado en las tácticas para conducir una acción. Desafortunadamente, muy frecuentemente la mecanización se queda desatendida al final en vísperas de la acción, en descuido y negligencia. Esto es un grave error. La mecanización siempre deberá ser seriamente atendida y considerada como parte muy importante de la futura acción. El cuidado, conservación, mantenimiento y camuflaje de vehículos expropiados son detalles muy importantes de la mecanización. Cuando el transporte falla, la acción principal también falla, produciendo serios problemas materiales y morales para los Revolucionarios. Ha habido casos en que el fallo de vehículos fue la causa principal del fracaso de una operación y la pérdida para siempre de valiosos e irreparables revolucionarios. Por otra parte, la selección cuidadosa de personal requiere gran cuidado para evitar la inclusión de personas con carácter indeciso y vacilante que pueden contaminar a otros lo cual es un peligro real que deberá ser eludido sin ninguna vacilación y excepción. La retirada es igualmente o más importante que la acción misma hasta el punto de ser rigurosamente planeada hasta el menor detalle. La planificación y estudio de la retirada también deberá incluir la posibilidad de nuestra derrota o muerte. Se deberá evitar el rescate o traslado de prisioneros con la presencia de niños o de cualquier cosa o situación que pueda atraer la atención de gente pasando por el área. Lo mejor es hacer el rescate parecer lo más natural posible dando vueltas por diferentes rutas o calles estrechas, que escasamente permiten el paso a pie para evitar el encuentro entre dos vehículos. La eliminación de rastros es obligatoria y demanda gran cautela; también sé deberán eliminar impresiones digitales y cualquier otra seña que pudiera dar información o indicios al enemigo. La falta de cuidado en eliminar evidencia es un factor que incrementa la nerviosidad en nuestros rangos lo cual el enemigo lo sabe y trata de explotar para su beneficio.

El recate de heridos

El problema de los heridos en la guerrilla merece atención especial. Durante acciones armadas es muy posible ser herido por el enemigo. Cuando un compañero del grupo de fuego tiene conocimiento de primeros auxilios puede hacer algo por el herido en el mismo lugar. En ninguna circunstancia o situación el compañero herido será abandonado en el lugar de batalla o en manos del enemigo. Jamás. Una de las precauciones que debemos de tomar es establecer cursos de primeros auxilios en los cuales los revolucionarios puedan aprender los rudimentos de medicina para emergencias. El revolucionario que sea “Doctor,” estudiante de medicina, farmacéutico, enfermero o que tenga previo adiestramiento en primeros auxilios, es una necesidad en la lucha militar de los revolucionarios. También, un manual pequeño y diestro de primeros auxilios puede ser producido por cualquiera con suficientes conocimientos sobre el tema. En la planificación y realización de la acción armada el revolucionario/a no deberá olvidar la organización de apoyo médico. Esta podrá ser lograda por medio de una clínica móvil o motorizada. Se puede también montar una estación móvil de primeros auxilios. Otra posible solución es utilizar las habilidades de un compañero medico real que esperara con su bolsa de equipo, en un lugar clandestino secretamente designado en donde los combatientes heridos son llevados para su atención médica. Lo ideal, sin embargo, seria tener nuestra propia clínica u hospital, pero esto sería un problema de seguridad y de alto costo a no ser que expropiáramos todo el equipo necesario. Cuando todo lo demás fracasa es necesario recurrir a clínicas profesionales usando la fuerza armada para forzar al personal a curar los compañeros heridos. En la eventualidad de tener que depender de bancos de sangre no se usaran direcciones legales o informaciones de ningún tipo acerca del lugar en donde los heridos están. Tampoco se dará la dirección de ningún compañero en clínicas u hospitales cuando sea llevado a uno de esos lugares. Este cuidado es absolutamente indispensable para cubrir nuestros rastros. Los lugares donde están los heridos no deberán ser conocidos por nadie más que por el grupo responsable de su cuidado y transporte. Sabanas, ropa con sangre, medicina y cualquier otra indicación del tratamiento médico de nuestros compañeros heridos en combate, deberán ser completamente eliminadas de cualquier lugar visitado para recibir tratamiento médico.

La seguridad de la guerrilla

Por la naturaleza de su actividad, el revolucionario vive en constante peligro y amenaza de ser descubierto, denunciado, arrestado o asesinado. El problema de seguridad disminuye al estar bien escondido y vigilado por escoltas armados y tener métodos efectivos y seguros para impedir que el enemigo pueda localizarnos. El peor enemigo del revolucionario es el espía o soplón que logre infiltrar la organización. Cualquier espía o soplón que sea detectado o descubierto en la organización será ajusticiado inmediatamente sin excepción o vacilación. Lo mismo ocurrirá a desertores que informen al enemigo sobre la ubicación de la organización o su estructura interna. Una seguridad bien organizada significa que no hay espías o agentes enemigos infiltrados y que el enemigo no puede obtener información aun a través de medios indirectos. La forma fundamental para asegurar esta indispensable necesidad es ser rigurosamente estricto y altamente cuidadoso en el reclutamiento de nuevos miembros. Tampoco es lícito que todos los miembros tengan conocimiento de otros miembros y de lo relacionado con la organización.

Esta es la regla fundamental de seguridad en una organización revolucionaria clandestina en cualquier lugar. El enemigo desea aniquilarnos y lucha implacablemente día y noche para encontrarnos y destruirnos en el acto, de modo que nuestra mejor arma yace en escondernos bien y atacar por sorpresa para aniquilarle primero. Un peligro para el revolucionario es que se puede revelar así mismo por medio de descuidos o permitir ser descubierto por falta de vigilancia y protección personal. Es un grave error desatinado que un revolucionario le facilite al enemigo su verdadero nombre, dirección o hablar mas de lo necesario. También, hacer anotaciones en márgenes de periódicos, revistas, documentos perdidos, cartas o notas, etc., se convierten en evidencia o indicios que la policía nunca subestima y explota a lo máximo. Libretas de direcciones y teléfonos son un excelente medio de información para el enemigo que deberán ser destruidos y nunca portados. No se deberán escribir y retener documentos que puedan proporcionar cualquier información o indicios al enemigo y es absolutamente necesario evitar mantener archivos de nombres legales e ilegales, información biográfica, mapas, planes, escritos, etc. Los números de contacto no deberán ser escritos en ningún papel o cosa y simplemente deberán ser grabados en la memoria. El compañero que viole estas y otras reglas de seguridad deberá ser advertido seriamente por el primero que observe las infracciones y si las repite, se deberá evitar trabajar con el/ella en el futuro y pasara a ser observado por la organización muy cuidadosamente por un periodo de tiempo. Las reglas de seguridad se aplicarán con total rigurosidad a todos/as sin excepción en cualquier lugar, situación o momento y quien deliberadamente las incumpla será eliminado/a de inmediato sin vacilación.    

El revolucionario necesita moverse constantemente al estar continuamente la policía a su rededor y en cercanía aún más con el hecho de que la red policial mantiene la ciudad rodeada permanentemente, lo cual obliga a adoptar precauciones de seguridad dependiendo de los movimientos del enemigo. Por esta razón, es necesario mantener un servicio de información diaria de lo que el enemigo pueda o no estar haciendo, en donde la red policial está operando y cuales puntos de la ciudad están siendo vigilados. La lectura diaria de noticias e informaciones convencionales es una fuente de buena información en estos casos. La lección de seguridad más importante para el revolucionario/a es que nunca en cualquier circunstancia o situación, se debe permitir él más leve relajamiento del mantenimiento de estrictas medidas de seguridad dentro y fuera de la organización revolucionaria. La seguridad se mantendrá también en caso de arresto. El revolucionario que sea arrestado por el enemigo no deberá revelar absolutamente nada que pudiera arriesgar la seguridad de la organización; no dirá absolutamente nada que pueda tener como consecuencia el arresto de otros compañeros, el descubrimiento de direcciones o lugares de escondite o la perdida de armas y municiones. El verdadero Revolucionario arrestado no dará información al enemigo aun cuando sufra horribles torturas o muerte. 

Los siete pecados del Revolucionario Guerrillero Urbano

Aun cuando el revolucionario aplica tácticas de seguridad correctamente y obedece las reglas de protección y seguridad establecidas puede ser vulnerable a errores. Nada ni nadie es perfecto y un revolucionario no es excepción en esta regla natural. Sin embargo, lo más y mejor que un revolucionario puede hacer es el esfuerzo para disminuir el margen de error puesto que no es ni puede ser perfecto. Por esta razón, uno de los medios a usar para reducir la posibilidad de hacer graves o fatales errores son saber cabalmente los siete pecados mortales del revolucionario y tratar de evitarlos.

Primero

El primer pecado es no tener experiencia en acciones de guerrilla urbana. El compañero cegado por este pecado piensa que el enemigo es tonto, subestima su capacidad, inteligencia, cree ingenuamente que todo es fácil y como resultado, deja evidencia que conduce al desastre o incluso a su muerte y la de otros. Debido a su inexperiencia también sobre estima la verdadera fuerza del enemigo pensando que es más fuerte de lo que realmente es y dejándose así mismo engañar por esta errada suposición se llena de intimidación, permanece inseguro, indeciso, paralizado y hasta falto de audacia.

Segundo

El segundo pecado es hacer alarde acerca de las acciones que ha realizado y difundirlas a los cuatro vientos para intentar lograr reconocimiento o credibilidad entre amigos o familiares.

Tercero

La vanidad. Este pecado trata de resolver problemas sin preocuparse de los principios y sobrevivencia de otros combatientes en otras áreas. Cegado/a por el éxito, termina organizando una acción que solo el/ella considera decisiva y pone en juego los recursos de la organización.  Puesto que no se debe quebrantar la lucha en las ciudades mientras la guerra en el área rural todavía no ha hecho erupción, siempre se corre el peligro de que el enemigo ataque con golpes decisivos. 

Cuarto

El cuarto pecado es exagerar la verdadera fuerza guerrillera y emprender acciones para las cuales todavía falta suficiente fuerza militar y la infraestructura requerida para realizar las acciones con éxito.

Quinto

El quinto pecado es la acción precipitada. El revolucionario/a que comete este pecado pierde paciencia, sufre ataques de nervios, no espera por nada ni nadie, e impetuosamente se tira a la acción imprudentemente sufriendo incalculables derrotas para el/ella y otros.

Sexto

El sexto pecado es atacar al enemigo cuando esta mayormente enojado. El enojo es una condición humana temporal que produce un incremento superior a lo normal que puede ser utilizada y obtener éxito en un determinado objetivo. 

Séptimo

El séptimo pecado es fallar en planificar bien las acciones y actuar con espontaneidad y creatividad revolucionaria. Cualquier acción que no sea estudiada, acordada en organización y debidamente ejecutada será proclive al fracaso además de ser una flagrante violación de las reglas establecidas.   

El apoyo popular

La preocupación principal del revolucionario deberá ser siempre su plena identificación con la causa popular. Siempre que las acciones del gobierno sean corruptas e incapaces de resolver problemas, el revolucionario no deberá vacilar en gestionar y demostrar que se opone al gobierno para ganar simpatía popular. Por ejemplo, si el gobierno impone una pesada carga monetaria de excesivos impuestos muy altos al pueblo, le corresponde al revolucionario atacar el sistema de colección de impuestos y obstruir sus actividades financieras, lanzando todo el peso de acciones armadas contundentes en contra del gobierno. El revolucionario lucha no solo para perturbar el sistema de colección de impuestos del gobierno, sino que las acciones serán dirigidas también en contra de agencias que suben los precios y quienes las dirigen, como también en contra de ricos explotadores nacionales o extranjeros y dueños de propiedades. Las acciones armadas deberán ser contra quienes acumulan enormes fortunas a expensas del alto costo de vida de la clase trabajadora, salarios de hambre, precios excesivos y altas rentas. Las empresas extranjeras que monopolizan el mercado y la fabricación de alimentos serán atacadas sistemáticamente con contundentes acciones armadas. La rebelión guerrillera y su persistencia a intervenir en asuntos políticos es el mejor camino para asegurar apoyo popular para la noble causa que los revolucionarios defienden. La historia ha demostrado que cuando una porción razonable de la población toma en serio las acciones armadas de los revolucionarios el éxito estará más cerca. Cuando esto sucede, el gobierno no tiene otra alternativa que la intensificación de la represión brutal contra el pueblo. Las redes policiales, registros de viviendas, el arresto de gente inocente, el cierre de calles y la alteración de todo lo normal en general, hacen la vida en la ciudad insoportable. Los militares y la policía se embarcan en persecuciones políticas masivas, en asesinatos políticos y el terror en general se hace rutina. Sin embargo, a pesar de todo esto y más, los militares y la policía fracasan sistemáticamente; todas las fuerzas armadas son movilizadas para emprender tareas rutinarias de la policía, pero no logran detener las operaciones revolucionarias o aniquilar la organización que esta fragmentada en grupos que se mueven alrededor y operan en todo el país.  Cuando el pueblo rehúsa colaborar con el enemigo, es porque el sentimiento general hacia el gobierno es de ser injusto, incapaz de resolver los problemas y solo recurre como opción a la liquidación física de sus adversarios; en esta situación la política del país se transforma en militar y el enemigo parece ser más y más el responsable de la violencia mientras la condición material de la vida del pueblo crece cada día peor. Cuando los militares y el gobierno estén al borde del abismo y temen las consecuencias de una guerra civil que ya está puesta en marcha, los “pacificadores” y oportunistas de “izquierda” [reformistas partidarios de “soluciones parlamentarias”] repentinamente aparecen para juntarse y circular rumores falsos fuera de la escena real y “rogar” a los verdugos del pueblo “elecciones democráticas” o “reformas constitucionales” y otras tonterías diseñadas para tratar de engañar al pueblo y hacer parar la guerra popular. Ante esto, el pueblo observa a los revolucionarios y entiende que es una inútil farsa votar en “elecciones” las cuales tiene como único objetivo garantizar la supervivencia del sistema capitalista que solo busca cubrir sus crímenes. Atacando con todo el espíritu de combatividad Revolucionaria, la farsa “electoral” y la mal llamada “solución política” que es atractiva para los cobardes y oportunistas, los revolucionarios deberán ser aún más agresivos y contundentes recurriendo sin pausas al sabotaje, el terrorismo, las expropiaciones, los secuestros, los ajusticiamientos y toda otra acción a realizar dentro de un marco de guerra total. Estas acciones responderán a cualquier intento de engañar al pueblo con la apertura del congreso y reconocimiento de partidos políticos [partidos del mismo gobierno y de posiciones que ellos permiten por conveniencia a sus intereses de clase] el parlamento y los partidos que funcionan gracias a la dictadura militar, en verdadero espectáculo de títeres o perros con riendas al cuello. Ante esto, la tarea del revolucionario es continuar luchando siempre teniendo en mente los intereses del pueblo y notando altamente la desastrosa situación dentro de la cual el gobierno debe actuar. Estas son las condiciones de daño para el gobierno que les permite a los revolucionarios abrir la guerra rural en medio de una incontrolable rebelión urbana. El revolucionario está comprometido a través de sus acciones con el pueblo y solo junto al pueblo y busca la participación de todos y todas en la lucha armada para la verdadera liberación del país. Comenzando en la ciudad y con el apoyo de la gente, la guerra de guerrillas rural se desarrollará rápidamente estableciendo cuidadosamente su infraestructura mientras la guerrilla urbana continua la rebelión política-armada hasta el final.

La escuela para seleccionar revolucionarios

La revolución es un fenómeno social que depende de hombres y mujeres, armas y recursos. Las armas y los recursos existen, se pueden obtener y usarlos, pero es necesario poder contar con valientes hombres y mujeres.  Sin ellos y ellas, las armas y los recursos no tienen uso ni valor. Los hombres y mujeres deberán tener tres cualidades básicas e indispensables:

1) Solidez ideológica.

2) Motivación política revolucionaria.

3) Preparación técnica necesaria.

4) Determinación.

Gente con motivación política/revolucionaria y mentalidad lógica se encuentra entre el vasto contingente de enemigos de la dictadura fascista y del imperialismo. Diariamente, gente gravita a la guerrilla urbana o rural y es por esta razón el enemigo ya no anuncia que ha desbaratado el movimiento revolucionario y va de un lado a otro por la desagradable realidad de verlos levantarse una y otra vez desde sus propias cenizas. Los hombres y mujeres mejor entrenados/as en el arte de guerrilla urbana o rural con más experiencia y dedicación, constituyen el espinazo de la guerra popular. De este espinazo saldrá la medula del Ejército de Liberación Nacional. Este es el núcleo central que representa la verdadera lucha y no los burócratas u oportunistas que se esconden, ni congresistas o escritores de resoluciones que solo quedan en papel, sino de valientes hombres y mujeres que pelean con armas en mano hasta vencer o morir. Son los hombres y mujeres que desde un principio han tenido firme determinación y están listos para luchar con las armas, que personalmente participan en acciones y que no vacilan o defraudan.

Este será el núcleo disciplinado con una visión táctica de largo alcance y consistente con la aplicación de condiciones específicas de la situación objetiva. Este es el núcleo líder de la rebelión a través de la fase guerrillera. De allí saldrán los hombres y mujeres con desarrollo político-militar indivisible y cuya labor será de futuros líderes, después del triunfo de la revolución y la construcción de una nueva sociedad. Por ahora, los hombres y mujeres elegidos para la guerra de guerrillas son trabajadores y campesinos a quienes la ciudad ha atraído como mercado laboral, pero regresaran al campo ya políticamente y técnicamente preparados. Los trabajadores tienen un conocimiento infinito en la esfera industrial y son los mejores para las labores revolucionarias urbanas. El trabajador y guerrillero participa en la lucha construyendo armas, en sabotajes y directamente en acciones que implican armas de mano, organizando huelgas con las características de la violencia revolucionaria masiva en fábricas, talleres y en otros centros de trabajo. Los campesinos tienen una intuición extraordinaria y conocimiento de la tierra, buen juicio para confrontar al enemigo y la indispensable habilidad para comunicarse con las masas humildes. El campesino guerrillero ya está participando en la lucha armada y es quien alcanza al núcleo guerrillero, establece puntos de apoyo en el campo, encuentra lugares para esconder gente, armas, municiones, víveres, organiza la siembra y cosecha los granos para su uso en la guerra, escoge los puntos de transporte, entrena guías que enseñen a la guerrilla rural los caminos, crea servicios de información en el campo y más. 

Los estudiantes son a veces torpes y muy frecuentemente rompen los tabúes. Sin embargo, cuando están integrados a la guerra de guerrillas como ocurre ahora en amplia escala, demuestran talento especial para la violencia Revolucionaria y pronto adquieren un alto grado de destrezas políticas, técnicas y militares. Los estudiantes siempre tienen abundante tiempo libre porque son sistemáticamente separados, suspendidos, o expulsados de la escuela y por eso han comenzado a dedicar su tiempo ventajosamente en beneficio de la Revolución. 

Los intelectuales constituyen la vanguardia de la resistencia contra actos arbitrarios, injusticia social y la terrible inhumanidad de la dictadura capitalista-fascista. Ellos/ellas proliferan el llamado revolucionario y tienen influencia en la gente. El intelectual guerrillero o artista es él más moderno de todas las adhesiones a la revolución y es un componente importante en el proceso histórico de liberación.

Los sacerdotes con conciencia revolucionaria representan el sector con habilidad especial para la comunicación, especialmente con los trabajadores, campesinos y mujeres.

El sacerdote revolucionario es un ingrediente activo e importante en la guerra revolucionaria y constituye un brazo poderoso en la lucha contra él poder militar fascista y el imperialismo.

Con respecto a la mujer, su participación en la guerra Revolucionaria y muy particularmente en la guerra de guerrilla urbana ha sido marcada por un inigualable espíritu de lucha y tenacidad y no es por casualidad que muchas mujeres han sido acusadas de participar en acciones guerrilleras contra bancos, centros militares y otras están en prisión o son buscadas por el enemigo. Sin la participación de la mujer no se debe intentar hacer la revolución. 

Con respecto a elegir, la guerra de guerrilla urbana prepara y pone al mismo nivel de responsabilidad y eficiencia igualmente a hombres y mujeres que comparten los mismos peligros de la lucha en multitud de tareas.  En la organización revolucionaria no deberá existir ningún tipo de desigualdad ni menos responsabilidad entre ambos sexos. La lucha por la liberación y un futuro mejor es tarea del pueblo compuesto por hombres y mujeres con igual capacidad y responsabilidad.

“El deber del verdadero revolucionario es hacer la revolución” —

Comandante Ernesto Guevara

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